Estrellas
Era verano
y la brillante luz del sol entraba con potencia por todas las ventanas de la
residencia.
Los pasillos se vislumbraban solitarios extrañando la juventud y energía de todas sus chicas.
Las vacaciones convertían a toda la colina en un lugar silencioso y en extremo tranquilo. Al igual que las escolares, las hermanas suelen turnarse para salir, visitar familiares, recorrer ciudades y disfrutar de los días soleados.
Los pasillos se vislumbraban solitarios extrañando la juventud y energía de todas sus chicas.
Las vacaciones convertían a toda la colina en un lugar silencioso y en extremo tranquilo. Al igual que las escolares, las hermanas suelen turnarse para salir, visitar familiares, recorrer ciudades y disfrutar de los días soleados.
A unos
cuantos metros de ahí y bajo la sombra de un árbol esta la Etoile Aineé de
Spica lavando y peinando a Star Bride. El ambiente tranquilo y relajado, la
hacen esbozar una leve sonrisa mientras interactúa con el manso animal.
-otro
verano tranquilo Star bride, pero ya es el último…creo que extrañare mucho todo
esto.
Amane moja
un paño dentro de una cubeta con agua y se detiene a observar a lo lejos la
residencia en silencio. Su corazón acongojado y lleno de sentimientos que la
agobian por instantes, ya se acerca la hora de dejar definitivamente la colina
y a su mente solo llegan tantos recuerdos de todos estos años.
Ya hace dos semanas que todas las estudiantes han salido de vacaciones y ella se ha quedado nuevamente a cuidar de Star Bride y a prepararse para las nuevas competencias que se asoman a finales de años.
Ya hace dos semanas que todas las estudiantes han salido de vacaciones y ella se ha quedado nuevamente a cuidar de Star Bride y a prepararse para las nuevas competencias que se asoman a finales de años.
La Etoile Cadette, Hikari, ha dejado Astraea por estas vacaciones por lo que Amane se ha quedado a cargo de las actividades que pudieran presentarse.
La Hermana Hamasaka ha salido de su oficina y camina por el sendero hacia la caseta de la entrada.
-Buenas
tardes Etoile sama
-ah, buenas
tardes Hermana
-Nuevamente
un verano algo solitario por aquí ¿no?
-sí, es muy
agradable la colina en esta época
-Lamento
que ya le quede poco tiempo aquí
-ha pasado
muy rápido todo Hermana, a veces quisiera que se detuviera un poco el tiempo
-Bueno,
pero una nueva vida la espera allá afuera y de seguro conseguirá grandes cosas
-Gracias
Hermana, también espero eso
-Bien, debo
ir a la ciudad de compras, la dejo Etoile sama
-Que le
vaya muy bien Hermana
Luego de
ver alejarse a la religiosa, vuelve a agacharse frente a la cubeta para seguir
bañando a Star Bride. De reojo alcanza a ver que una muchacha saluda con una
reverencia a la Hermana sin alcanzar a distinguir quien es.
-¿Quién
será? ¿Una visita?
Después de
unos minutos y sin desconcentrarse, Amane regresa su mirada al camino luego de
escuchar su llamado.
-¡Etoile
sama!
-¿eh?...¿Tsubomi
chan??
-Buenas
tardes Etoile sama –reverencia
-¿Qué haces
aquí, Tsubomi chan? ¿No deberías estar en casa de tus padres?
-Lo sé,
pero ellos han tenido que interrumpir sus vacaciones por trabajo…y yo también
-¿eh?
-Sí, he
decidido volver antes para terminar todos los pendientes que quedaron en el
consejo.
-Vaya que
trabajadora eres Tsubomi chan. No me cabe duda de que serás una excelente
Etoile
-¿EHH?
–sonrojada- Etto…no lo hago por eso…solo…no quiero que se nos junte tanto el
trabajo, este semestre será algo complicado y tenemos mucho por hacer…
-Está muy
bien, no tienes que darme tantas explicaciones, a mí ya me queda poco tiempo
aquí.
-pero…Etoile
sama… ¿usted no ira a ninguna parte? ¿Dónde está la Etoile Cadette?
-Ella está
visitando a sus abuelos y viajando con sus padres. ¿Yo?, siempre me quedo aquí
para cuidar de Star Bride. Vienen torneos muy importantes y no debemos perder
la concentración
-pero pensé
que podría descansar…
-aunque no
lo creas descanso mucho aquí durante estos días. La colina es muy relajante
durante el verano
Tsubomi
mirando alrededor puede ver el tranquilo paisaje de la residencia.
-Sí, creo
que tiene razón
-¿y qué hay
de Yaya chan?
-ah, ella
está descansando con su familia en Europa. Le envíe un mensaje para contarle
que regresaba a la residencia, pero no creo que lo haya visto. Debe estar muy
entretenida.
-ya veo,
algunas si aprovechan mucho estos días de verano
-Sí…bueno
Etoile sama…iré a dejar mi maleta
-Aquí
estaré por si necesitas algo
-Con su
permiso
Tras una
reverencia, la juvenil miembro del consejo estudiantil, da la media vuelta para
caminar a la residencia la cual luce muy tranquila.
Luego de un relajante baño y de ordenar su cuarto, Tsubomi mira por la ventana de su habitación notando que ya está próximo el atardecer. Termina de ordenar la ropa en el closet pero algo le inquieta el corazón, así que luego de un rato, se sienta sobre su cama muy pensativa.
Luego de un relajante baño y de ordenar su cuarto, Tsubomi mira por la ventana de su habitación notando que ya está próximo el atardecer. Termina de ordenar la ropa en el closet pero algo le inquieta el corazón, así que luego de un rato, se sienta sobre su cama muy pensativa.
Los
pasillos de la residencia están silenciosos y calmados, todo lo contrario a como
lucen durante el semestre. Poco a poco comienza a oscurecerse mientras Tsubomi
camina hacia la cafetería que está a media luz. Para su sorpresa, se encuentra
con Amane quien está sentada en una solitaria mesa junto a su cena.
-ah, Etoile
sama, pensé que no habría nadie aquí
-bueno,
solo hay una hermana que prepara la cena y ahora dos comensales
-me da
gusto no cenar sola
-sí, la
residencia suele ser algo fantasmagórica en estas fechas
-¿de
verdad?
-sí, pero
tú no tienes miedo, ¿o sí? Tsubomi chan
-no. Las
senpais mayores siempre han intentado asustarnos, pero no caigo en sus juegos,
además, ya he crecido.
Ambas cenan
riendo y hablando tranquilamente disfrutando del amplio espacio.
Más tarde, Tsubomi se ha dirigido a su habitación y tras cerrar la puerta, ha dejado escapar un suspiro.
Da un nuevo vistazo a todo su cuarto viendo que todo está en orden, pero parece que algo no la deja del todo tranquila. Se recuesta sobre su cama y perdida observando el techo, un discreto susurro se escapa de sus labios.
Más tarde, Tsubomi se ha dirigido a su habitación y tras cerrar la puerta, ha dejado escapar un suspiro.
Da un nuevo vistazo a todo su cuarto viendo que todo está en orden, pero parece que algo no la deja del todo tranquila. Se recuesta sobre su cama y perdida observando el techo, un discreto susurro se escapa de sus labios.
-…te
extraño…
Sin darse
cuenta, había caído en un profundo sueño, fue el melódico sonido de algunas
aves junto a su ventana que la hicieron despertar. Se sentó en la cama mirando
hacia la ventana y nuevamente aquella extraña sensación se volvía apoderar de
su mente. Suavemente se golpeó su rostro para intentar despabilarse.
-Ya
Tsubomi…deja de pensar un poco en ella…tienes mucho trabajo por hacer y de todas
maneras…no la volverás a ver hasta el fin de las vacaciones…-se dijo así misma
Estirándose
con fuerza se puso de pie e intentó enfocarse en las actividades que tenía
planificadas. Era cierto, habían muchas cosas por hacer dentro del consejo por
lo que su regreso anticipado a la colina, ayudaría mucho a alivianar la carga
para el resto del año.
Mucho se rumoreaba en Astraea sobre las futuras candidatas a Etoile, ya que Amane estaba próxima a graduarse, los consejos ya pensaban en quienes podrían reemplazar a la pareja. Sonaban con fuerza la dupla Hanazono-Rokujo por Miatre, pero la presidenta Tamao, desmentía que ellas fueran a ser las candidatas, al menos por ahora.
Por otro lado, Momomi se sentía tranquila y confiada pensando en que el triunfo de Spica estaba casi asegurado. Sus ojos se los clavaba celosamente a Tsubomi cada vez que se tocaba el tema, tanto así, que en una reunión de consejo, la atrevida presidenta de Spica mencionó lo siguiente;
Mucho se rumoreaba en Astraea sobre las futuras candidatas a Etoile, ya que Amane estaba próxima a graduarse, los consejos ya pensaban en quienes podrían reemplazar a la pareja. Sonaban con fuerza la dupla Hanazono-Rokujo por Miatre, pero la presidenta Tamao, desmentía que ellas fueran a ser las candidatas, al menos por ahora.
Por otro lado, Momomi se sentía tranquila y confiada pensando en que el triunfo de Spica estaba casi asegurado. Sus ojos se los clavaba celosamente a Tsubomi cada vez que se tocaba el tema, tanto así, que en una reunión de consejo, la atrevida presidenta de Spica mencionó lo siguiente;
-…esto será
una época dorada para Spica…-menciona con total seguridad Momomi
-vaya vaya…pareciera
que Spica tuviera algún tipo de carta bajo la manga para la próxima selección
Etoile…-menciona traviesa Chikaru
-Les
encanta fantasear –Dice Tamao con ironía
-Perdón
Suzumi san, no estoy fantaseando…dejé muy claro al asumir la presidencia y se
lo prometí a Shion sama. Esto sería el inicio de una bella época donde las
Etoile serían de nuestra escuela
-bueno, la
verdad es que el trabajo de las Etoile siempre ha sido representar a las tres
escuelas, así que lo más importante no es su origen, sino su capacidad de
trabajo y entrega hacia la colina –menciona risueña Chikaru
Los tres consejos se lanzaban miradas en un
momento de silencio mientras Tsubomi tomaba notas en silencio. Momomi la mira
de reojo.
-como
sea…Spica hará todo lo posible para que las candidatas de este año dejen en
alto el nombre de la escuela…y de la colina por supuesto
-Cuidado
Spica…porque Miatre no ha dicho nada aún respecto a sus candidatas y puede que
te den una buena sorpresa y una pelea muy difícil… –Dice traviesa Chikaru
mirando a Tamao
Momomi no
puede evitar ponerse nerviosa mirando a la presidenta de Miatre.
Aquellos apellidos sonaban casi letalmente en sus oídos y no podía dejar de pensar que si aquellas candidatas se presentaban a la competencia, sería una pelea muy dura.
Aquellos apellidos sonaban casi letalmente en sus oídos y no podía dejar de pensar que si aquellas candidatas se presentaban a la competencia, sería una pelea muy dura.
-No importa
a quienes presente Miatre y si LeRim quiere unirse a la fiesta, estaremos
dispuestas a dar lo mejor de nosotras -menciona con firmeza Momomi
-estoy
segura que la próxima selección Etoile será una fiesta llena de emociones que
no dejará a nadie indiferente –una sonriente Chikaru – aunque quizás…tus
candidatas ni siquiera estén al tanto de todo lo que se viene…
El consejo
de Miatre y LeRim voltean curiosos para observar a Tsubomi quien sigue
escribiendo afanosamente en su libreta. Momomi se paraliza un poco y de reojo
mira a la joven a su lado mientras Kaname le susurra algo al oído.
-Nuestras
candidatas estarán informadas de todo…eso es mi trabajo…
-será bueno
informarles cuanto antes presidenta…-menciona Tsubomi
Momomi algo
sonrojada la mira sorprendida mientras todos los consejos ríen entre dientes.
Tamao cierra su cuaderno y se pone de pie con una sonrisa irónica.
-bien por
ustedes Spica…espero que para la próxima reunión con las Etoile puedan tener a
sus candidatas informadas
Tsubomi
mira curiosas a todas y voltea hacia Momomi quien luce muy seria y sonrojada.
Molesta se pone de pie.
-¡Por
supuesto Suzumi san! ¡Todo estará en orden y estaremos listas para ganar!
-bueno, creo
que con esto la reunión ha llegado a su final…-sonriendo Chikaru
Momomi toma
sus apuntes y con un gesto le indica a su consejo que se marchan, lo mismo hace
Miatre siendo LeRim el último en salir más relajado del salón.
De regreso
al presente, una pensativa Tsubomi ordena sus papeles sobre el escritorio.
-Momomi
sama no ha dejado de mencionar la selección Etoile desde entonces…y
yo…-cabizbaja- solo pienso en como lo estará pasando Yaya en su viaje… ¿habrá
llevado sweater?...a veces llueve por esos lados y podría agarrar una gripe…
¿Qué estoy diciendo?...ni siquiera ha contestado a mis mensajes…
Con algo de
desgano se sienta a trabajar, pero al momento de posar su lápiz sobre los
papeles, su mente vuelve a irse lejos.
-…de seguro
ella solo recuerda que existo cuando viene a la colina… -muy seria- quizás
Momomi se deba olvidar de nuestra candidatura…no creo que sirvamos para ser
Etoile…
Lejos de
ahí, en la pista de entrenamiento, Amane corre montada sobre Star Bride el cual
brinca enérgico las barreras sin detenerse.
El sol abrumador se ha clavado en el cielo y parece que no tiene intención de ceder en ningún momento, por lo que Amane se detiene unos instantes bajo la sombra de unos árboles para refrescarse.
Desde lo más alto de la colina y cerca de los establos, se puede divisar parte de la ciudad y desde allí se alcanzan a ver los colores del festival de verano que viste todo el lugar y como cada año, luce lleno de vida desde temprano.
El sol abrumador se ha clavado en el cielo y parece que no tiene intención de ceder en ningún momento, por lo que Amane se detiene unos instantes bajo la sombra de unos árboles para refrescarse.
Desde lo más alto de la colina y cerca de los establos, se puede divisar parte de la ciudad y desde allí se alcanzan a ver los colores del festival de verano que viste todo el lugar y como cada año, luce lleno de vida desde temprano.
Amane en su descanso, observa el movimiento que se lleva a cabo en ese lugar
pero algo más llama su atención. Voltea hacia su derecha y alcanza a divisar a
una muchacha cargando la que parece ser una pesada mochila y subiendo a toda
prisa por los caminos de la colina.
-Parece que estas vacaciones serán mejores para algunas –Sonríe tranquila Amane
-Parece que estas vacaciones serán mejores para algunas –Sonríe tranquila Amane
Tsubomi en
su habitación, ha abierto la ventana para intentar apaciguar el intenso calor
de aquel día. Ha intentado concentrarse en sus documentos pero el sonido de las
cigarras a lo lejos, la hacen voltear a cada rato hacia el exterior,
imaginándose la frescura de una alberca.
-Quizás
deba ir a trabajar a orillas del lago, allí estará mucho más fresco
Sin esperar
ninguna indicación, se pone de pie y ordena los documentos que llevará fuera de
la residencia, son tantos que algunos caen al piso. Mientras se agacha para
recogerlos, siente un pesado sonido fuera de su puerta.
Toc toc
-¿Amane
sama?
Antes de
levantarse, la puerta ya se ha abierto y ante sus ojos estaba la presencia de
quien más anhelaba ver en ese momento.
-¡¡YAYA!!
Sin poder
evitarlo, con sus ojos entumecidos en lágrimas, se echa a correr hacia los
brazos de la joven que luce muy cansada y algo bronceada.
-mi pequeña
princesa…-acariciándole el cabello
-Yaya…¿Qué
haces aquí?, creí que no habías recibido ninguno de mis mensajes
-los leí
todos y cada uno de ellos
-pero
estabas con tus padres viajando por Europa…¿Cómo es que…?
-estar
contigo es más importante que cualquier otro viaje, por lo que les dije que
debía regresar cuanto antes.
Tsubomi muy
emocionada y con su rostro sonrojado, hunde su rostro en el pecho de Yaya quien
no deja de abrazarla con ternura.
-estas muy
cansada, ¿Cuánto has viajado?
-no tienes
idea de cuanto
-te prepararé
el baño mientras me cuentas
Yaya entra
a la habitación la enorme y pesada mochila que ha traído, única compañera en esta
larga travesía
-mis padres
decidieron ir a descansar a una pequeña villa en Alemania. Era un lugar muy
hermoso entre montañas pero el único problema, es que casi no había
comunicación. La televisión solo recibía un par de canales vía antena y mucho
menos había computadores. Por eso me desesperaba mucho no poder saber de
tí…salía al patio a cada instante para poder conseguir algo de señal…escribí
varios mensajes pero creo que no te llegó ninguno. Estaba algo angustiada y los
únicos felices eran mis padres, buscaban una desconexión total con el mundo
laboral y lo encontraron, pero yo estaba devastada…solo quería saber de tí y me
parecía imposible lograrlo.
Tsubomi de
espaldas escucha en silencio todo el relato de la acongojada Yaya quien ha
viajado desde muy lejos para reencontrarla. Su corazón late acelerado y sus
mejillas se colorean un poco.
-desde
aquella villa, había que tomar un trenecito a otra ciudad, pero ese tren sólo pasaba una vez al día, así que tuve que correr para lograr alcanzarlo, luego había que hacer un transbordo para poder llegar hasta Frankfurt, donde podría tomar un avión hasta Tokio, pero…no había ningún
vuelo hasta la madrugada…así que esperé por muchas horas. Al final pude
embarcar hacia acá y te escribí, pero parece que tampoco lo leíste…
Tsubomi
recuerda que por su costumbre, apagó su teléfono una vez entrando a la
colina por lo que voltea avergonzada hacia Yaya quien ya se está quitando la
ropa.
-…y
conociendo como es mi pequeñita de fanática por las reglas de la colina, me
imaginé que tendría su teléfono apagado y que estaría regañando por no haberle
respondido antes…por eso decidí acelerar el paso y tomar el primer tren hacia
acá, así que por lo menos, espero me lleves a cenar porque he cruzado medio
planeta para venir lo más pronto contigo y…
Tsubomi sin
esperar más, se lanza sobre Yaya dándole un pasional beso que silenció todo en
ese instante. La holgada distancia había llegado a cero y ya no había
impedimentos para amarse con locura, chocan contra las paredes rumbo a la ducha
mientras van dejando la ropa por el camino.
Afuera el
calor abrazador sigue insistente y ha obligado a Amane terminar antes de tiempo
su entrenamiento y algo cabizbaja suspira.
-Quizás
deba llamar a Hikari… ¿Cómo irán sus vacaciones?... ¿será que siento un poco de
envidia de Yaya y Tsubomi?
Aquella
tarde comenzaba a despedirse y una
bandada de pájaros cruzaba por sobre la colina hizo despertar a una somnolienta
Yaya a un lado del cuello de la joven Tsubomi.
-¿eh!?...¿qué
hora es!? -exclama Yaya despabilándose
-creo que
las ocho…te habías dormido profundamente
-perdón…
-está bien,
tenías que descansar
-si pero…he
visto el festival que hay en el pueblo y pensaba llevarte
-¿de
verdad? Nunca hemos ido a uno
-Mientras
caminaba hacia acá pensaba en lo hermosa que te verías vistiendo una yukata
-es cierto,
nunca me has visto con una
-aunque
prefiero verte así sin nada –sonríe traviesa Yaya
-¡Yaya! ¡Me
haces cosquillas!
-¡démonos
prisa!
Ha
comenzado la puesta de sol y Amane apenas regresa a la residencia después de un
largo día en entrenar. Camina hacia la cafetería para cenar y escucha la
animada conversación de unas jóvenes por el pasillo.
-¡Etoile
sama!
-¿eh?
Tsubomi chan, Yaya chan… ¿Por qué llevan yukatas?
La pareja
muy animada camina por el pasillo en dirección hacia ella, Tsubomi sin soltar
el brazo de Yaya.
-Iremos al
festival del pueblo, ¿no te animas a venir?
-muchas
gracias por la invitación Yaya san, pero estoy muy cansada. Cenaré e iré
directo a dormir, pero disfrútenlo mucho
-te
compraremos un regalo, Etoile sama
-¿eh? No es
necesario, Tsubomi chan –sonríe – solo no regresen muy tarde, sino preocuparán
a la hermana
-no te
preocupes, traeré a esta hermosa princesa de regreso sana y salva a buena hora
Ambas se
despiden de Amane con una reverencia y enormes sonrisas dejándola en el
pasillo. Caminan iluminadas llenas de energía con sus coloridos yukatas hacia
el exterior que las esperaba con una fresca brisa bajo las estrellas.
La noche
parecía perfecta a medida que caminaban por el sendero colina abajo. Desde sus
vistosas bolsitas sacaban sus identificaciones para mostrárselas a la hermana
de la caseta de la entrada, quien tomaba tranquilamente una taza de café y
escuchaba una pequeña radio.
Risueñas esperan delante de la ventanilla mientras la hermana las recibe con
una sonrisa.
-buenas
noches señoritas Okuwaka y Nanto, veo que van muy bien ataviadas al festival
-buenas
noches hermana. Así es, es primera vez que vamos –sonríe Yaya
-no es
necesario que me muestren sus identificaciones, ustedes ya son personalidades
reconocidas en la colina. Las registraré
-gracias
hermana –sonríe Tsubomi
-no me cabe
duda que ustedes podrían ser unas magníficas Etoile –sonríe entusiasta la
hermana mientras las registra. Ambas se miran algo sonrojadas.
-etto…gracias
hermana…
-bien ya
está. Disfruten del festival
-con su
permiso hermana
Ambas se
despiden con una reverencia mientras la puerta peatonal se abre con un
eléctrico sonido.
Delante de
ellas se abrían iluminadas las calles bajo los faroles dejando lejos en el
horizonte la intensidad naranja de la puesta de sol.
Muchas personas caminaban en la misma dirección y muchos alegres niños corrían por doquier vistiendo mini yukatas derramando alegría allá donde iban.
Muchas personas caminaban en la misma dirección y muchos alegres niños corrían por doquier vistiendo mini yukatas derramando alegría allá donde iban.
Tsubomi no
ha dejado de lucir una enorme sonrisa ni tampoco ha soltado del brazo de Yaya,
quien parece no sentir ningún cansancio a pesar del largo viaje.
Faroles de
papel decoraban la entrada y cientos de puestos llenos de comida y juegos
mezclaban el aire llenándolo de música y aromas mágicos haciendo de esta, una
noche inolvidable.
La joven
integrante del consejo estudiantil, miraba a todos lados con mucha emoción y
sentía que quería visitar todos los lugares y disfrutar de todo. Yaya la
observaba con enorme paciencia. No era normal verla así de feliz e informal.
Siempre estaba tras aquella estampa de formalidad y trabajo que era muy difícil
derribar, pero esta noche parece que una nueva Tsubomi se ha asomado tras esa
carcaza profesional intachable.
El pecho de Yaya se siente dichoso de poder observarla tan diferente y
renovada, sintiendo que quiere abrazarla a cada rato sin soltarla y apenas alcanza
sus dedos que se le escapan por ir tras unas manzanas acarameladas.
-…por
primera vez siento que esto es lo más correcto que pude haber hecho. Verla
correr como un ángel es lo más hermoso de este mundo y siento que no quiero
dejar de verla así nunca…–piensa Yaya
En ese
instante una pequeña explosión dentro del pecho de Yaya la hace reaccionar,
vuelve a clavarle la mirada a la pelirosa que no dejaba de jugar de un lado a
otro. Acercándose hacia ella, toma sutilmente su mano haciéndola voltear dejando
en libertad miles de invisibles mariposas que inundaron todo aquel lugar sin
dejar espacio alguno a la duda.
-ahora
entiendo todo…
-¿eh? ¿a
qué te refieres Yaya?
-no hay
nada que entender…mi pequeña princesa, es contigo con quien quiero estar siempre…
-¿eh? –Sonrojada–
¿Por qué dices eso de pronto?
-porque
estoy segura que eres la estrella más brillante del firmamento –mirando al
cielo
Tsubomi
sonrojada y algo confundida la mira intentando comprender sus repentinas
palabras.
-nadie nos
derrotará, seremos las mejores Etoile de la colina –con firmeza
-¿ehhhhh!???
Pero Yaya…tú no querías nada de esto, no tienes por qué forzar tus decisiones
por mí…
-Sí…lo sé y
me lo has dicho muchas veces…pero ahora comprendo este sentimiento tan real y
tan hermoso que no era capaz de entender…no sólo estaremos juntas como Etoile,
sino que toda la vida
-Yaya…yo…perdón…he
sido una tonta…
-¿Por qué?
-pensé que…no
te interesaba nada de esto y mucho menos lo de ser Etoile…pensé mal de ti…
-no te
preocupes amor. Sé que a veces todos piensan que mi actitud es un poco loca
pero, lo que he aprendido a tu lado, es algo inmenso. No quiero separarme de ti
mi hermosa princesa…gruñona…
Con lágrimas
en los ojos Tsubomi la abraza hundiéndose en su pecho. La siempre enérgica Yaya
nunca había mostrado mucho interés con la participación en la competencia
Etoile pero a pesar de todos los pronósticos, su corazón se ha entregado por
completo a la consejera de Spica.
-Te amo
Yaya...yo también quiero pasar contigo mi vida
Con
sutileza Yaya levanta el rostro de Tsubomi regalándole una tierna sonrisa.
-Te amo y
quiero que vivamos nuestra loca aventura por siempre
Ambas se
abrazan con mucha calidez haciendo que muchos volteen a observarlas curiosos.
-Yaya…muchos
nos están viendo…
-¿y qué? Que
miren, de seguro mueren de envidia
En la
colina, Amane abre la ventana de su habitación y observa a lo lejos los fuegos
artificiales que comienzan a reventar en el cielo, solo se ven unos pequeños
brillos y ni siquiera se alcanza a oír su estruendo. Respira profundo apoyándose
en el marco de la ventana.
-creo que
Astraea quedará en buenas manos después de todo…
Sacando de
un cajón su teléfono, busca en el menú el número de Hikari para marcarle
enseguida.
-quizás deba hacer un viaje sorpresa también -sonríe
Aquella
noche de verano tan mágica y envolvente seguirá describiendo lo que las
doncellas tienen que decir. La colina, no se cansará de celebrar sus historias
juveniles que tienen que vivir.
Unas nuevas estrellas comienzan a brillar en firmamento de Astraea.
Unas nuevas estrellas comienzan a brillar en firmamento de Astraea.
--Fin Capítulo Especial--