31 de octubre de 2016

Strawberry Fics -Especial Halloween

Strawberry Fics
Especial N°4

Miedo


La noche estaba sumamente oscura y un viento frío recorría los pasajes de la colina de Astraea escribiendo un tétrico silbido por cada rincón que visitaba. Las ramas de los árboles comenzaban a agitarse poco a poco tratando de zafarse del frío sin éxito alguno.

Las ventanas de la residencia sonaban temerosas ante los golpes de las ramas más cercanas como queriendo entrar allí y ocultarse. Todo esto proyectaba un sinfín de sombras y figuras abstractas por cada uno de los pasillos que a esa hora de la noche, ya estaba con sus luces apagadas.

Nagisa observaba el oscuro paisaje desde la ventana de su habitación en el primer piso mientras se cubría los hombros con una cobija. La luz comenzaba a parpadear a ratos y la hacía voltear con temor, estaba sola allí.

Para intentar distraerse, se sentó junto a su escritorio y decidió adelantar sus tareas pendientes para no pensar en cosas negativas, la noche y su oscuridad casi siniestra invitaba a la imaginación a volar sin discreción.  Ella estaba consiente que era su último año en la colina y que las historias de fantasmas o apariciones, sólo eran inventadas por las alumnas mayores, ahora ella pertenecía al selecto grupo de esas alumnas y debía dar el ejemplo con valentía y coraje.

Tamao, a pesar de todas sus ocupaciones, dedicaba tiempo para pasar con su amiga y tomar el té algunas noches y hablar por largas horas, pero esta noche, no había ningún plan.

Nagisa estaba sola.

La luz de la habitación seguía parpadeando y por un momento se cortó totalmente, así que la pelirroja pensó que era buen momento para irse a dormir. Cerró sus libros, guardó las hojas y se metió a su cama donde se arropó bien, tapándose hasta casi los ojos. Los cerró intentando dormirse enseguida, pero no pudo.

Estaba completamente despierta y el viento seguía soplando y narrando aquel silbido que hacía crujir las ventanas, volvió a cerrarlos intentando pensar en cualquier otra cosa.

-Nagisa…ya eres grande…estás pronto a graduarte y aún sigues sintiendo miedo… -Se decía así misma

Respiró profundo e intentó relajarse para dormir. Hasta se dio vuelta hacia la pared pensando que así podría descansar mejor, pero comenzó a ver las sombras que se dibujaban allí y su mente empezó a crear. No quería pensar en nada pero de pronto esas sombras parecían moverse de un lado a otro como si estuvieran animadas macabramente y de pronto parecían rostros que comenzaban a acercarse hacia ella.
Asustada, se volteó rápidamente hacia el otro lado de donde podía ver el escritorio y sus cuadernos, allí todo parecía normal así que volvió a respirar profundo.

Ya podía comenzar a relajarse cuando de pronto y de la nada, un seco golpe sonó en su puerta, pegó un brinco del susto.

-De seguro fue mi imaginación…ya es tarde, nadie vendría a esta hora…

El viento seguía soplando con fuerza afuera y pensó que el clima no cambiaría hasta el amanecer, así que intentó nuevamente volver a relajarse y descansar. Pero no.
Nuevamente un golpe seco en la puerta de su habitación, la hizo sentarse en la cama temiendo que alguien estuviera allí, al otro lado.

-Ta…¿Tamao…ch chan..?

Apenas se abrió su boca y de nuevo aquel sonido regresó ahora un poco más fuerte. Nuevamente brincó y abrazo a su conejo de peluche con algo de temor. Sacó los pies de la cama pensando en ponerse de pie, pero su miedo iba poco a poco creciendo. Se golpeó suavemente ambas mejillas hablándose a sí misma.

-Ya Nagisa! Compórtate como alguien mayor!

Se puso de pie y caminó hacia la puerta, cuando estaba a punto de abrir desde el otro lado escuchó un suave y tétrico susurro que decía “Nagisaa….”, se le erizó todo el cuerpo y dio un paso atrás.

-Ta…Tamao chan… ¿Eres…tú?...

Sin saber si dar un paso adelante o atrás, la habitación se ilumina completamente por una repentina luz proveniente de un fulminante relámpago. Nagisa se quedó congelada mirando hacia la puerta y de pronto, escuchó una voz familiar.

-Nagisa chan, soy yo…

El alma le regresó al cuerpo al escuchar aquella voz, no había duda, era Tamao quien estaba del otro lado así que se apresuró a abrir.  Dio pasos rápidos y abrió velozmente la puerta, pero sintió que se congeló de pronto al ver delante de ella, un rostro horrible iluminado con una fuente de luz desde abajo, le clavó una penetrante mirada y Nagisa quedó pálida soltando un grito ahogado en el momento, paralizada sentía que su cuerpo no reaccionaba.

-Yaya chan!!! No asustes así a Nagisa chan!!

Tamao apareció desde las sombras de un costado y el rostro espantoso comenzó a reir.

-Perdón Nagisa chan…pero es noche de Halloween…
-¿Yaya chan!?...es decir…¿Etoile…sama?...

-Sabía que este maquillaje sería un éxito! –levanta los brazos victoriosos

-Casi me matas del susto –Dice Nagisa soltando un suspiro relajante

-Le advertí que no lo hiciera, pero quiso salir por todo los pasillos a ver a quien asustaba…es un gran ejemplo de Etoile –Dice Tamao

-oh vamos! Ninguna Etoile había hecho algo así antes, soy la primera en la historia que rompe el molde…

-Bien, veamos que dice Tsubomi al respecto…

-No!! No le digas nada por favor!! –Yaya responde asustada

-Veo que la reacción de Tsubomi chan te asusta más que Halloween! –Irónica Tamao

Nagisa comienza a reír ahora con mucha más calma viendo como Yaya baja sus brazos y la linterna sintiéndose derrotada. Su cara la había maquillado con pintura blanca y colores oscuros alrededor de los ojos más un camisón blanco y largo que parecía haber sacado de alguna película de terror.

-¿Qué hacen aquí a estas horas? ¿O solo venían a ver cómo me daba un infarto?

-Perdón Nagisa chan, veníamos a buscarte para ir a una fiesta del té en habitación de Chiyo chan…pero Yaya chan pensó que era un buen momento para disfrazarse…

-¿Qué no lo ven? Esta noche es Halloween y el clima es perfecto! Esta fiesta del té debemos celebrarla con historias de terror toda la noche…

-¿Ehhh? –Asustada Nagisa

-No le hagas caso Nagisa chan, ¿vendrás con nosotras? Todas te esperan

-Mientras no salgamos a pedir golosinas a la ciudad, todo bien

-Te prometo, será una fiesta del té de lo más normal –Insiste Tamao

Luego de unos instantes, las tres muchachas se alistan para caminar por el oscuro pasillo, aprovechando la luz de la linterna que Yaya llevaba. Afuera el clima parecía empeorar y a ratos caían con más potencia los rayos que hacía estremecer la residencia por completo.
Apagaron la luz y caminaron en silencio por el Hall central para no hacer ningún ruido que pudiera despertar a la hermana que dormía allí, cerca de la entrada.

Ya en el segundo piso, caminaron más relajadas rumbo a la habitación de Chiyo. Tocaron sutilmente la puerta y dentro las esperaban el grupo de amigas a la luz de las velas, estas eran;  Hikari, Chiyo y Tsubomi. Las recibieron con una sonrisa y la actual Etoile Cadette se puso de pie, es decir, Tsubomi.

-Yaya! De seguro fuiste a asustar a Nagisa san! –Regañandola

-Pero…fue solo un poquito… -Dice Yaya casi escondiéndose tras Nagisa

-No te preocupes Etoile sama, no pasó nada –Responde Nagisa moviendo sus manos

-Ay Nagisa san…Yaya no debe andar asustando a la gente por los pasillos y menos si es Etoile!

-vamos Tsubomi chan, perdón, Etoile sama…no la regañes tanto, ella solo se está divirtiendo –Agrega Hikari sentada junto a la mesa

-…siempre tienes muchas defensoras…-suspira Tsubomi –Aun así, sabes que debes comportarte con más seriedad…

-Lo sé lo sé…pero mejor tomemos el té que ya se va a enfriar –Dice Yaya sentándose apresurada junto a la mesa.

Todas sonriendo se reúnen para relajarse un rato hablando de diversos temas mientras Chiyo sirve las tazas de té.
Las pequeñas llamas de las velas se contoneaban sutiles sobre la mesa en contraste al exterior, donde el viento ya soplaba con más fuerza haciendo que las ramas de los árboles comenzaran a batirse con más violencia provocando tétricos sonidos por todo el jardín de la residencia.

Yaya estaba entusiasmada en contar historias de terror aprovechando el momento, pero la gran mayoría la miraba con temor.

-Vamos chicas…es Halloween, ¿Cómo no vamos a contar algo terrorífico esta noche?

-Ya con tu disfraz tenemos de sobra para asustarnos –Dice Tsubomi

-¿…este disfraz?...no es nada…me disfracé así porque no pude completar el traje que tenía en mente, ese si les hubiera encantado… -mirada traviesa

-¿De qué era ese traje, Yaya senpai? –Pregunta Chiyo

-…un personaje que todas aman en esta residencia…

-¿Hanazonito? –Irónica Tamao

-Todas ríen

-Te hubieras visto muy tierna Yaya chan –Ríe Nagisa

-No! No de Hanazonito…de alguien a quien todas temen… -Mirada oscura

-…no me digas que… ¿La hermana Hamasaka? –Pregunta irónicamente Tamao

-Todas vuelven a reír un poco más fuerte

Ninguna había notado que una de las ventanas estaba levemente abierta por lo que de pronto, un golpe de viento la abrió completamente despeinándolas a todas y apagando  las tímidas velas que colapsaron con el fuerte viento. Todas gritaron asustadas y Yaya se puso de pie para ir a cerrar la ventana mientras no dejaban de caer sonoros rayos que iluminaban por milésimas de segundos toda la colina. Se encandiló por unos instantes y en el momento de la luz, alcanzó a ver la silueta de una persona junto a los árboles fuera de la residencia, pero al momento que pudo enfocar bien, ya todo el paisaje era oscuro y lluvioso. Cerró presurosa y puso el seguro intentado ver en la oscuridad aquella silueta que le causó curiosidad.

-¿Habrá sido mi imaginación? –Susurro Yaya

-Perdón, olvidé cerrar bien la ventana –Dice Chiyo

-Que susto –dice Nagisa

-oh…el té se dio vuelta… -exclama Tsubomi

-Encenderé las velas para poder limpiar

Yaya regresa junto a las muchachas que en la oscuridad intentan rearmar la mesa luego del repentino ventarrón.
Se estaban comenzando a relajar y a retomar la reunión cuando de pronto, dos golpes secos se escuchan en la puerta de la habitación, nuevamente gritan asustadas.

-Shhh…guarden silencio –dice en voz baja Yaya

-¿Quién podrá ser? –susurra Tamao

Todas se quedan en silencio y Chiyo se ponía de pie para ir en puntillas hacia la puerta, pero repentinamente esta se abre de golpe y una luz las encandila a todas haciéndolas gritar y taparse los ojos. Chiyo que ya estaba frente a la puerta, mira más allá de la luz que se mueve en todas direcciones iluminándolas a todas.

-Oh oh…chicas…-dice Chiyo con temor

-buenas noches, señoritas…

Aquella voz la conocían perfectamente así que empezaron a enfocar con más claridad y vieron que detrás de aquella luz proveniente de una linterna, estaba muy seriamente, la hermana Hamasaka. Todas guardaron silencio sabiendo que estaban en problemas.

-Sé muy bien que estas reuniones nocturnas son bastante recurrentes en la residencia…pero encontrarme con las Etoile y la presidenta de Miatre involucradas, es algo verdaderamente decepcionante… -Dice la hermana con enfado mientras las observa a todas

Yaya da unos pasos y le hace una reverencia a la hermana.

-Discúlpenos Hermana Hamasaka, esto ha sido una clara falta a la reglas de la escuela y acepto su castigo en nombre de todas – Se queda en posición de reverencia

-Etoile Ainee…además veo que está muy entusiasmada con la celebración de Halloween…aunque si la veo así por los pasillos, créame que recibiría inmediatamente un serio castigo…por espantarme de esa manera…

-Perdón Hermana, no volverá a ocurrir

Todas se han agachado pidiendo disculpas guardando completo silencio, la hermana las analiza a todas y respira profundo.

-Bien…aunque sean parte del Consejo Estudiantil, las reglas son claras para todas. Debería darles el anuncio del castigo pero creo que necesitaré la ayuda de ustedes. Si lo hacen, haremos como que nada ha pasado aquí.

Tamao se pone de pie mirando a ambas Etoile.

-Hermana, díganos que necesita y la ayudaremos con gusto

La hermana da un paso dentro de la habitación respirando profundo, pareciera que fuera a hacer una revelación importante. Deja la linterna sobre el escritorio e intenta encender la luz de la habitación, pero no enciende.

-Si se dan cuenta, la luz de la residencia se ha cortado completamente…estoy trabajando en un proyecto personal y necesito luz…

-¿Qué quiere hagamos, Hermana? –Pregunta Tsubomi -¿La ayudamos con su proyecto?

-No…eso es…-suspira- algo que quería mantener en secreto pero… debo terminarlo cuanto antes…

Todas se miran con curiosidad

-Después de tantos años, he decidido dejar mis memorias en un libro biográfico, para lo que he estado trabajando durante todas las noches. La fecha de entrega esta próxima y si no tengo luz, será una noche perdida muy difícil de recuperar… -Dice cabizbaja la Hermana

Tamao da un paso entusiasmada

-Hermana! No sabía que tenía esa faceta de escritora, la entiendo perfectamente! La ayudaremos en todo lo que podamos, ¿Verdad, chicas? –Las mira a todas con los ojos llenos de entusiasmo

-¿De verdad, Suzumi san?

-Sí, le doy mi palabra

Yaya mueve los hombros aceptando cualquier decisión por lo que el rostro de la hermana, se vuelve más amigable.

-Estaré muy agradecida con ustedes

-¿Cuál será la tarea? –Pregunta Tsubomi

-El fusible que alimenta la residencia se ha quemado, debió ser una sobrecarga. Es muy simple de hacer y seguro, solo que…

-¿Qué?



En un abrir y cerrar de ojos, todas estaban de pie en la puerta de la residencia vistiendo unos coloridos impermeables amarillos y botas de goma, listas para salir a la intemperie en búsqueda de la caja eléctrica de la residencia. A simple vista parecía un trabajo sencillo, pero el clima comenzaba a ponerse cada vez peor mientras la Hermana las despedía desde la puerta con una sonrisa un poco burlona.

-¿Ya ves Yaya!?...no tenías por qué disfrazarte… -regaña Tsubomi

-Pero la idea de la fiesta del té fue idea tuya, amor…estamos jaque mate

-La caja eléctrica está dando la vuelta por la sección de Spica, si nos apresuramos, terminamos luego y se acabó todo, la hermana es feliz y nadie se enterará de que nos castigaron –Dice Tamao poniéndose el gorro del impermeable

-Pero está muy oscuro…-Dice Chiyo agarrándose del brazo de Nagisa

-Todo estará bien Chiyo chan… -responde algo temerosa Nagisa

-Nagisa chan…¿estarás bien? –Pregunta preocupada Tamao

-Claro que sí…apresurémonos chicas –Sonrisa falsa

Todas en el umbral encienden sus linternas mientras Chiyo y Hikari se agarran de los brazos de Nagisa las tres con bastante temor. Tamao y Yaya se adelantan iluminando el camino como si fueran chicas exploradoras, la lluvia caía cada vez más fuerte y el viento movía las ramas que se meneaban haciendo ruidos tenebrosos muy cerca de ellas.
Tsubomi llevaba un pequeño bolso con las herramientas y el nuevo fusible y caminaba con seriedad detrás de Yaya y Tamao, se sentía confiada y tranquila.

-Tamao chan! Esto es como una buena aventura en noche de Halloween, no puedo creer que haya salido mejor de lo que esperaba! –Dice emocionada Yaya

-¿a qué te refieres?

-Sí, pensaba que podríamos pasar la noche contando historias de terror, pero esto! Es mucho mejor! Es como esas películas de miedo donde aparece un asesino entre las sombras y comienzan a caer uno a uno los protagonistas… -Sus ojos brillan emocionados

El grupo de atrás, Nagisa, Hikari y Chiyo al escucharla, solo se asustan más y caminan cada vez con más temor y más pegadas.

-Tranquila chicas, nada de eso sería posible aquí, recuerden que este es un lugar cerrado… Dice Tsubomi

-Aja… ¿ya olvidaste lo que le ocurrió a Ayane chan? –Dice Yaya volteándose e iluminándose el rostro con la linterna con cara siniestra

-Sí, pero también debes recordar que debido a ese hecho, la seguridad en la colina ha aumentado, nadie puede entrar ni salir sin identificarse

-Chicas…solo vamos a cambiar un fusible y ya, no es para tanto –Dice Tamao

Todas siguen caminando bajo el oscuro paisaje hasta que Yaya ilumina hacia el fondo, junto a la muralla se alcanza a ver  la caja de electricidad de la residencia.
Yaya y Tamao se adelantan para revisar que sea efectivamente el lugar que les ha indicado la hermana y Tsubomi mira hacia atrás para ver a sus asustadas amigas que se paralizan cada vez que cae un rayo.

-Etoile sama, necesito las llaves! Aquí es! –Dice Tamao

-¿eh? No me puedo acostumbrar a que me digan así

Tsubomi camina hacia las chicas sacando un llavero desde el bolsillo de su impermeable, son las llaves que le ha pasado la hermana.

Yaya voltea a verla y a través del ruido de la lluvia y el viento, logra escuchar un ruido seco, como un cuerpo pesado caer al suelo. Toma su linterna e ilumina hacia sus amigas que se han quedado atrás.

-¿Qué ocurre Yaya chan? –Pregunta Nagisa

-Me pareció escuchar algo –Dice intentando ver más allá

-Pero hay muchos ruidos Yaya chan…pudo haber sido la lluvia o los árboles… -Dice temerosa Chiyo sin soltar el brazo de Nagisa

-Mmmm no lo sé…espero no sea un asesino serial que quiere toparse con un grupo de señoritas esta noche

-Yaya! No las asustes! –Replica Tsubomi

-Perdón…

-Ya está abierto –Dice Tamao

-Bien, vamos a terminar pronto con esto

Tsubomi se acerca al tablero mientras Tamao le ilumina tranquilamente. Yaya se ha puesto un poco incómoda al escuchar nuevamente un ruido que las demás, parecieran no escuchar. Mira a todos lados moviendo la linterna pero el paisaje de toda la residencia luce terroríficamente oscuro y siniestro. Observa las ventanas y todas lucen tan negras que pareciera un lugar abandonado hace muchos años y de donde en cualquier momento, pudiera aparecer alguna espantosa figura fantasmal.

Grandes charcos de agua se han aposado generando pequeñas lagunas por donde normalmente hay un verde pasto.
De pronto, nuevamente se escucha un ruido.

-Ahí está de nuevo!! –Voltea rápidamente Yaya iluminando a sus amigas

-No quiero decirlo pero…esta vez sí escuché algo… -Dice Hikari apretando el brazo de Nagisa

-Hikari chan…no me digas eso… -Dice Nagisa sintiendo la presión en su brazo

-Chicas, porque no regresan a la residencia, ya casi terminamos –Dice Tamao

-Pero…

-Si adelántense chicas, nosotras ya casi estamos listas –acota Tsubomi

Yaya sigue intentando mirar en la oscuridad casi sin percatarse de que las tres amigas se han volteado para ir de regreso, igual de pegadas a los brazos de Nagisa. Yaya las vio hasta que dieron la vuelta por el jardín saliendo de la zona de Spica, a su espalda seguían Tamao y Tsubomi trabajando en el tablero.

Sus amigas se perdieron de vista y de pronto, un nuevo golpe seco se escuchó, una linterna cayó y quedó iluminando en el suelo hacia la muralla, Yaya abrió asustada enormes ojos y tocó apresurada la espalda de Tamao.

-Chicas…

-Espera Yaya chan, aún falta…

-Pero las chicas…

-¿Por qué no vas con ellas si tienes miedo? –Dice Tsubomi

-Pero es que…algo les ha pasado…

-¿Qué?

-Iré a ver

-Yaya chan, ¿Dónde vas?

Tamao alcanzó a ver como Yaya salía corriendo salpicando agua a todos lados siguiendo la ruta de sus amigas, llegó a la esquina de la residencia y vio que una solitaria linterna yacía en el piso aún encendida e iluminando la muralla de la residencia pero no había rastro de sus amigas. La distancia hacia la entrada de la residencia era muy grande como para desaparecer en pocos segundos. Su corazón se aceleró y recordó la silueta que había visto por la ventana hace un rato atrás, quizás era cierto y alguien había entrado a la residencia.
Volvió a mirar atrás y al parecer Tamao y Tsubomi estaban muy concentradas completando la tarea en el tablero, regresó nuevamente la mirada y su linterna empezó a parpadear.

Un nuevo relámpago iluminó toda la colina por unos instantes y en ese momento, Yaya se dio cuenta de que no estaban solas allí. Varios metros más adelante había una persona de pie, con alguna capucha que no dejaba verle el rostro mientras que una de sus manos parecía llevar una especie de palo o estaca larga. La luz del relámpago desapareció y todo volvió a quedar sumamente oscuro, más aún porque la linterna de Yaya se apagó completamente.

Se dio media vuelto y corrió de regreso junto a Tamao y Tsubomi, quienes no se habían enterado de nada.

-Hay que salir de aquí! –Agitada

-¿Qué ocurre Yaya? –Tsubomi voltea preocupada –Te ves asustada amor, ¿Qué pasa?

-Hay alguien aquí…las chicas desaparecieron… -respirando con agitación

-¿¡QUÉ!? –Tamao sorprendida voltea

-Vamos, tenemos que irnos

-Ya pusimos el fusible pero parece que no funciona… ¿estas segura de lo que dices? –
Confundida Tsubomi

-SI!!! Vi a alguien por allá… -Señalando

Nuevamente un relámpago ilumina la residencia y las tres muchachas alcanzaron a ver lo que Yaya les decía. Una persona venía dando la vuelta por la esquina del jardín y caminaba hacia ellas lentamente.

-Oh por Dios… -Tsubomi guarda las herramientas en el bolso con las manos temblorosas

-Debe ser una broma ¿No? –Tamao confusa y temerosa

-Se los dije! Debemos salir, Nagisa y las demás desaparecieron…esa persona las hizo desaparecer!

-NAGISA CHAN?!! –Preocupada y muy asustada grita Tamao

Otro relámpago ilumina y aquella persona de siniestro aspecto, estaba cada vez más de ellas, por lo que Yaya tomo de la mano a Tsubomi y comenzaron a correr, Tamao las siguió velozmente.

-Debemos llegar hasta la puerta trasera de la residencia! –Agitada Yaya

-Pero esa puerta debe estar cerrada…la hermana cierra todas las puertas por la noche! –Responde Tsubomi

-Esperemos que no esté cerrada…sino deberemos romper un vidrio!

-Tenemos que llegar con la Hermana para que llame a la policía!

Todas corrían por los charcos llegando al otro extremo de la residencia, debían pasar por la sección de LeRim para llegar al patio trasero y alcanzar la puerta contraria a la entrada, con la esperanza de encontrarla abierta.

Tamao intentaba seguirles el paso, pero las clases deportivas de Spica parecían ser muy efectivas ya que las Etoile llevaban mucha más delantera.

Tsubomi temerosa, vio que de sus manos se soltó el manojo de llaves que le había pasado la Hermana, cayeron en alguna posa y se volteó apresurada.

-Las llaves!!

-Yo las encontraré, ustedes sigan! –Grita Tamao buscando unos metros más atrás

-Tamao no! –Grita Yaya volteando

Los ojos de la Etoile se abrieron enormes al ver que la persona estaba detrás de Tamao y tenía levantado en el aire aquel palo o estaca, la presidenta de Miatre no se había dado cuenta de que la habían alcanzado. Tsubomi gritó espantada.

-Tamao san!!!!

Todo parecía empeorar en ese instante ya que unas pesadas ramas de unos árboles se rompieron con la fuerza del viento y fueron a caer dentro del jardín de la residencia, cortando el camino entre Tamao y las Etoile. Yaya vio con espanto la escena.

-No puede ser…

Los ojos de Tsubomi se llenaron de lágrimas pensando que era el final, abrazó a Yaya.

-Esto no puede estar pasando… -Solloza Tsubomi

-Vamos amor, tenemos que llegar con la Hermana

-pero las demás…

Yaya baja la mirada, toma la mano de Tsubomi y empezaron a correr nuevamente.
Los jardines de la residencia parecían ser más largos y oscuros y que la puerta estaba más lejos de lo previsto.

No desistieron.

Siguieron corriendo bajo la intensa lluvia y en un momento Tsubomi tropezó y cayó sobre un charco de agua. Yaya volteó enseguida y vio que la persona siniestra, de manera increíble, ya estaba a tan solo unos metros de ellas.

-No puede ser tan rápido…no es posible…

Yaya se agachó para levantar a Tsubomi que se limpiaba el rostro para poder seguir.

-Vamos, no queda mucho ya casi llegamos y estaremos a salvo

El cielo rugía y el clima parecía empeorar a cada segundo, no había donde refugiarse y parecía que las piernas ya no eran tan veloces a cada paso, pero ya estaban a tan sólo unos metros de la entrada trasera.

Más ramas habían caído y en parte estaban bloqueando el acceso a la residencia, Tsubomi miró decepcionada viendo que quizás todo estaba perdido. Yaya soltó su mano y corrió a quitar algunas ramas para poder entrar.

-Yaya…¿no hay otra manera? …Quizás si saltamos la cerca y llegamos a la caseta de la entrada a la colina, podamos pedir ayuda…

-Tranquila, ya casi llego a la puerta...

Yaya concentrada y apresurada quitando las ramas para poder abrir la puerta, no se percató de lo cerca que estaba el peligro. Escuchó un crujir de unas ramas y se detuvo, sintió un escalofrío recorrer toda su espalda y en ese momento, supo que las cosas no estaban nada bien.

Volteó y vio con espanto, que Tsubomi había desaparecido y solo estaba aquella persona siniestra, mirándola bajo la potente lluvia. Yaya solo alcanzó a divisar una parte de su rostro que tenía una sonrisa macabra y burlesca.

-Tsu…Tsubomi…?...

La Etoile Ainee volvió a mirar a todos lados viendo que su Etoile Cadette había desaparecido definitivamente. Empuño sus manos con ira ciega y tomo una gruesa rama del árbol a su lado y estaba decidida a enfrentarse a aquella persona.

-Regrésame a Tsubomi! –Gritó enfadada

El rostro de la persona siniestra cambió y la sonrisa se transformó en preocupación, ya que Yaya no lo pensó ni un instante más y se abalanzó lanzándole golpes casi ciegos al desconocido. Este solo los esquivaba hábilmente y bloqueaba sus manos cada vez que podía. Fueron retrocediendo varios pasos en la oscuridad hasta que de pronto, ambos cayeron sobre un enorme charco de agua, Yaya estaba lista a golpear a esta persona, no sin antes interrogar por el paradero de sus amigas.

-¿Dónde está Tsubomi!? ¿Dónde están las demás!?

Yaya había quedado sobre esta persona misteriosa que nuevamente sonreía. De pronto comenzó a reír a carcajadas y recién en ese punto, la Etoile se dio cuenta que se trataba de una mujer.

En un instante la luz de la residencia volvió a restablecerse y por la puerta trasera apareció la Hermana Hamasaka.

-Etoile! ¿Qué es lo que está haciendo con la señorita Hanazono!!? –Grita preocupada

-¿…Hana………….zono!????

Yaya regresa su mirada y ahora con la luz de la residencia, miró al rostro de la persona siniestra y vio quien reía a carcajadas, era nada más ni nada menos que Shizuma Hanazono.

-Shi…Shizuma….sama…??

Yaya se puso de pie sorprendida mientras Shizuma también se ponía de pie sin dejar de reír.

-¿qué? Pero ella…

Yaya confundida voltea hacia la Hermana y ve que detrás de ella en el Hall principal de la residencia, están todas sus amigas conversando tranquilamente.

-¿¿¿EHHH??

Yaya entra corriendo a la residencia a ver a sus amigas.

-¿Están bien?? ¿Dónde está Tsubomi?

-Aquí estoy Yaya

Aparece Tsubomi por el pasillo del primer piso con una enorme sonrisa hacia ella, Yaya confundida pero emocionada, corre hacia ella para abrazarla fuertemente.

-Amor, me estas dejando sin aire –Dice Tsubomi ahogándose

-Perdón, perdón…es que…pensé que algo te había sucedido…estaba tan preocupada… -
Cerrando los ojos sobre su hombro

-Es lo más romántico que has hecho por mí

Yaya sonrojada la mira a los ojos recordando todo lo sucedido, pero voltea rápidamente para verlas a todas. La Hermana Hamasaka está de pie junto a la puerta.

-Parece que pasaron un buen susto esta noche –Dice la Hermana con tranquila sonrisa

-Pero… ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué Shizuma sama…? –Yaya confundida

Shizuma entra a la residencia limpiándose la ropa y quitándose la capucha, ha dejado de ser la persona misteriosa y siniestra, y ahora las ve a todas con una traviesa sonrisa

-Ha sido un pequeño juego de Halloween, la Hermana me pidió ayuda… -Dice Shizuma

-¡¡¿QUÉ?? –exclama Yaya

-La señorita Hanazono me llamó  para pedirme autorización para venir esta noche, justo coincidió con que vi a la Etoile disfrazada recorriendo los pasillos, ella no se dio cuenta de que la había visto. Pensé que como nunca celebramos Halloween en la residencia, sería buen momento para algo diferente… -Sonríe orgullosa la Hermana

-¿¡¡QUEEEEE?? –exclaman todas

-Pero pero….yo vi la silueta fuera de la residencia y luego dentro… -Yaya confundida

-Salté la reja… -Tranquilamente Shizuma

-Pero pero… vi a las chicas desaparecer!! –Yaya más confundida

-Las hice entrar por las ventanas del primer piso, por el salón de música y las salas de reuniones

-Pero pero… ¿y el arma que llevabas en la mano!?

-ah…era mi paraguas, el viento lo rompió por completo cuando entré a la residencia

-¿Todo ha sido una broma??? –Yaya deja caer sus hombros

-¿No ha sido divertido?? –Junta sus manos con emoción la Hermana

-O sea que el corte de luz y todo eso…?...¿ha sido planeado? –Pregunta Tamao

-Sí, la señorita Hanazono se encargó de quitar el fusible y poner uno viejo…

Todas se miran sonriendo y comprendiendo todo.

-Hace mucho que no me divertía así –Sonríe tranquila la Hermana –Espero no vuelva a asustar a sus compañeras, Etoile sama –Dice mirando a Yaya

-¿eh? …si Hermana…no lo volveré a hacer –Baja sus hombros

-Bien, me iré a descansar. Gracias señorita Hanazono

-Fue un placer hacer planes macabros con usted, Hermana Hamasaka –Haciendo una reverencia

Nagisa fue a abrazar a Shizuma y la Hermana caminaba hacia su habitación en el primer piso, pero en ese instante la luz nuevamente se cortó completamente en toda la residencia.

-Shizuma! –Nagisa regañándola

-¡Qué? Yo no hice nada esta vez

El grupo quedó paralizado y la Hermana quedó a medio camino. Un relámpago iluminó nuevamente por instantes y por la escalera principal, todas alcanzaron a ver la figura de una hermana con vestimentas antiguas caminando rumbo al segundo piso.

-Hermana Hamasaka… ¿Por qué hay otra hermana en la residencia a estas horas? –
Pregunta curiosa Yaya

-No…no hay ninguna otra hermana en la residencia… -Dice temerosa la Hermana Hamasaka dando un paso hacia atrás

-¿Entonces…ella quién es? –Pregunta Shizuma

Todas voltean a ver a la Hermana Hamasaka que ha sacado un rosario de su bolsillo y se ha puesto a orar en voz baja.

-Creo que esta vez sí es hora de correr, chicas –Dice Shizuma tomando de la mano a Nagisa

En ese momento la figura de aquella hermana volteó violentamente y con un rostro deforme vio al grupo de chicas soltando un desgarrador grito.

-¡¡¡La hermana sangrienta!!! –Gritan todas




Fin del Especial de Halloween