Strawberry Fics Especial Halloween 2017 - Atrapada
Shizuma abrió los ojos y vió que estaba en medio del bosque camino hacia el Ishigo Sha, ya había caído la noche y una helada brisa cruzaba de lado a lado la colina haciendo estremecer las ramas de los árboles. El paisaje lucía sumamente oscuro y parecía que los faroles del camino no tenían la suficiente fuerza para iluminar la ruta.
La ex Etoile respiró profundo acomodándose el cabello y dio unos cuantos pasos.
-¿Como se me pudo pasar la hora tan rápido? Otra vez quede fuera de la residencia...de seguro Nagisa me regañara...igual que Miyuki…
Caminó de regreso hacia la residencia haciendo sonar las hojas secas bajo sus pies al mismo tiempo que sintió que el aire frío le invadía por debajo del negro uniforme, junto sus manos intentando calentarlas sin perder el ritmo al caminar.
Astraea de noche podía parecer un lugar siniestro para cualquier persona ajena a la colina, pero no para Shizuma quien vivía allí desde sus más tiernos años. Conocía cada rincón del lugar como la palma de su mano y creía que ninguna de esas extrañas historias de terror podría asustarla, sabía que muchas de esas cosas venían de las creativas mentes de las senpais de otros años e inclusive de ellas mismas, que junto a sus compañeras crearon historias para asustar a las de grados menores.
Con esa misma confianza que siempre la ha caracterizado, siguió caminando colina arriba sin apresurarse, ya sabía que tendría que saltar nuevamente la reja si quería volver a dormir en su habitación, siempre a hurtadillas para que la hermana no la atrapara entrando a esas horas.
El cielo oscuro proyectaba débilmente la luz de una luna menguante que a ratos se cubría con lánguidas nubes grisáceas que ayudaban a dibujar un sinfín de sombras y formas a través de toda la colina, pero nada de eso podía perturbar la tranquilidad de la joven que seguía avanzando a paso firme.
Todo se podía vislumbrar con cierta calma a esa hora de la noche y el sonido de algunos animales e insectos era lo único que podía oírse con claridad, todo era normal hasta que algo hizo voltear su mirada hacia un lado. La silueta de alguien había caminado entre los árboles y Shizuma apenas alcanzó a vislumbrar con el rabillo del ojo.
-¿qué? ¿Alguien más se quedó fuera de la residencia? ¿Quién podrá ser?
Se detuvo e intentó mirar por el oscuro paisaje para ver de quién se trataba, pero el sonido de unos pasos la hicieron voltear en dirección contraria.
Su penetrante mirada se topaba con el tronco de los múltiples árboles que allí alojaban y que le impedían dar con la dueña de esos pasos.
La ex Etoile estaba curiosa y quería saber quién había osado saltarse el toque de queda al igual que ella. Muchas veces había quedado fuera de la residencia por múltiples razones y jamás había visto a alguien más en esas circunstancias, siempre caminó sola de regreso a casa.
-te saltaste el toque de queda, vaya pensé que era la única. -dijo en un tono relajado dirigiéndose a esta persona que creía estaba detrás de los árboles.
Suspiro y retomó su camino sin saber si darle importancia a esta muchacha perdida en el bosque. Alcanzó a dar dos pasos más cuando vio de reojo a una mujer cruzarse por detrás de los árboles vistiendo ropas negras.
-ah y debes ser de Miatre...si la hermana Hamasaka se entera que estamos fuera a estas horas nos meteremos en problemas, así que si quieres saber cómo regresar “a salvo” a la residencia, será mejor que vengas conmigo
Se detuvo nuevamente esperando la respuesta de aquella misteriosa muchacha pero solo escucho el sonido del viento y algunos grillos que anunciaban su presencia allí. Dio un paso para acercarse a los árboles pero aquella mujer apareció repentinamente unos metros más allá, escondiéndose tras otros árboles.
-oh vamos, no te iré a buscar, solo quiero regresar a mi habitación a descansar no quiero jugar…
Ya sin tantos ánimos Shizuma camino un poco más adentrándose en el bosque de la colina, pero nuevamente escuchó los pasos detrás de ella por lo que volteo apresurada.
-espera, ¿a qué estás jugando?
Volvió a ver su silueta caminar hacia un lugar y volver a esconderse tras los árboles, pero casi al mismo tiempo la silueta aparecía casi detrás de ellas.
-¿quién eres?? ¿¿Qué estás haciendo??
Shizuma miró para un lado y otro sin entender cómo esa persona podía moverse tan rápido. Decidió moverse hacia ella con todas las intenciones de encontrarla y aclarar el misterio.
La luz tenue de la luna le indicó el camino y corrió hacia donde la vio aparecer y donde se perdió no sin antes alcanzar a distinguir algo de cabello casi de color blanco.
El corazón de Shizuma se aceleró y motivó a sus pies a moverse más rápido, aquella muchacha estaba huyendo de ella y casi parecía que se estaba burlando de la ex Etoile.
-deja de esconderte! Si la hermana nos escucha tendremos serios problemas!
Volvió a insistir pero parecía que no servía de nada, la mujer volvía a aparecer por uno y otro lado y Shizuma comenzó a palidecer.
-No puede ser cierto…debo estar imaginando cosas. Debo regresar cuanto antes
Dio media vuelta para retomar el camino y se apresuró por llegar pronto al ishigo sha, pero la silueta no dejaba de aparecer muy cerca de ella y de ocultarse, tanto fue así que Shizuma comenzó a correr colina arriba. Lo que ocurría no era normal y creía que por primera vez estaba sintiendo miedo de estar a mitad de esos caminos que conocía tan bien.
Corrió y corrió hasta ver aparecer a lo lejos la residencia pero de pronto y de manera fulminante la persona oculta detrás de un árbol salió veloz de su escondite interceptandola a toda velocidad, sus ojos se abrieron enormes y el choque era inminente, sólo atinó a levantar sus brazos pero nada podría evitar chocar con aquella figura tan siniestra que alcanzaron a ver sus ojos. Su rostro le era tan familiar y aquel cabello grisáceo largo y ondulado era exactamente como el suyo pero su mirada en verde penetrante estaba sumida en una profunda y tétrica oscuridad que le hizo llenarse de miedo como nunca antes.
Todo se envolvió en tinieblas.
Abrió lentamente los ojos pensando que largos minutos habían pasado. Bajo los brazos esperando no encontrarse con aquella mujer. Su corazón estaba latiendo a mil por hora y cuando solamente escucho silencio a su alrededor, se sintió capaz de mirar al frente.
Ya no escuchaba el aire ni los insectos, la mujer ya no estaba junto a ella y pudo bajar sus hombros con algo más de tranquilidad, pero ese sentimiento no duraría mucho. Miró a su alrededor y vio que estaba en el jardín del ishigo sha y frente a ella, la residencia lucía muy extraña.
-¿donde se fue esa chica…?
Se preguntó a sí misma sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda al recordar su imagen tan parecida a ella misma. Su mente estaba un poco convulsionada y no pudo evitar pensar que todo esto se trataba de cansancio extremo.
-estaba hace un segundo fuera y ahora estoy aquí dentro…¿que está pasando?... debe ser el estrés por los exámenes finales sin pensar en todo lo que tendré que hacer apenas me gradúe… -Suspiró y se masajeó el cuello intentando relajarse- Le diré a Nagisa que necesito un masaje y vacaciones...largas vacaciones…además… ¿¿quién rayos era esa chica? ¿Y porque se parecía a mí?? Aunque daba bastante miedo...qué rayos...
Su mirada volvió a analizar toda la escena y vio nuevamente la residencia, donde algo no cuadraba.
-¿qué está pasando aquí? Luce como si llevara cien años vacia…
Había estado estática desde que reaccionó y sus músculos se habían tensado con el fulminante encuentro fantasmal y ahora que quiso dar un paso noto cómo se destrabaron sus piernas. No quería reconocerlo pero el temor no dejaba de cruzar por su mente.
Caminó hacia la residencia sin dejar de notar que lucía completamente oscura. Llegó al cuarto de música por donde normalmente entraba a hurtadillas y se asomó para ver al interior. Sus ojos no podían creerlo.
-¿qué demonios está pasando aquí!?
Abrió lentamente la ventana que no dejo de crujir nunca, parecía llevar mucho tiempo cerrada y trabada por lo que tuvo que esforzarse para abrirla, eso no era normal.
Con su habilidad dio un brinco y se coló en el interior pero sus ojos seguían sin dar crédito a lo que veían.
La habitación lucía como un edificio abandonado, los muebles estaban cubiertos de enormes telas de arañas, polvo por doquier y las paredes estaban descoloridas como si la residencia hubiera sido abandonada hace mucho tiempo.
Shizuma siguió avanzando sin poder explicarse lo que veía, tanta era la sorpresa que se detuvo y se dio golpes en las mejillas esperando reaccionar.
-espera...piensa Hanazono...esto no puede estar pasando...debe ser algún juego de Halloween que de seguro planearon las de Spica, Yaya siempre se disfraza así que seguro planeó todo esto con las demás para asustarme...iré a buscar a Nagisa y aclarare todo esto de una vez
Fue hasta la salida de la habitación no sin antes ver el piano que lucía de la misma manera, pero su corazón saltó al ver que la madera estaba corroída.
-esto fue demasiado… dañar el piano así no es gracioso…
Dio media vuelta y salió de la habitación pero su corazón volvió a saltar al enfrentarse al pasillo. Miro a ambos lados y vio que todo el lugar estaba en las mismas condiciones, sucio, agrietado, corroído y tapizado en telas de arañas y polvo.
Sintió que sus manos se pusieron muy frías y que su respiración helaba.
Se dirigió al hall central aún con la esperanza de encontrarlas a todas y que salieran a asustarla para acabar con él tétrico juego.
-¿Acaso estaré soñando?
Shizuma al medio del hall miró de nuevo a todos lados y en ese preciso instante su sonrisa volvió a su rostro ya que al fondo del primer piso vio una luz encenderse y escucho pasos cercanos, sus ojos se regocijaron al ver un rostro familiar caminar por ese lado del pasillo.
-oh al fin, sabía que todo esto era una broma...y te habias tardado en aparecer, Miyuki!
Vio a su amiga caminar por el pasillo y doblar en la esquina hacia las habitaciones de Miatre pero nunca volteo a verla, no se le hizo extraño así que se apresuró a encontrarla. Los focos en las paredes iban encendiéndose a medida que avanzaba lo que le daba mucha más tranquilidad aunque las paredes no dejaban de verse descoloridas, creía que eso no importaba ahora por lo que buscaría a su amiga para que le explicara todo lo que estaba pasando.
-Hey Miyu chan, ¿porque vas tan apurada? Espera
La persiguió por el pasillo y vio que entró en su habitación así que volvió a apurar el paso y ya frente a su puerta se detuvo.
-Ya Miyuki, estuvo bueno el juego, vi que se esmeraron esta vez pero creo que ya fueron muy lejos
Abrio la puerta pero dentro no estaba Miyuki y lo que era su habitación estaba igual que todo el lugar, sucio abandonado, percudido. Las luces que se habían encendido por el pasillo y que le habían dado calma, se apagaron de pronto regresando a la siniestra oscuridad del principio. Su pecho comenzó a angustiarse más de lo normal.
-Mi...Miyuki...¡¿donde….estas?
La puerta a sus espaldas era la de su propia habitación y pensando que se trataría de un sueño, volteo rápidamente para entrar en ella pero para su enorme sorpresa, la puerta estaba trabada y completamente cerrada.
-¡No puede ser!
Reviso los bolsillos de su uniforme buscando las llaves pero vio que no traía nada consigo, se detuvo unos instantes muy pensativa, en ese momento recordó algo.
-¿Uniforme? ¿porque llevo el uniforme? Si esta mañana salí a la ciudad...le avise a Nagisa que regresaría tarde igual que a Miyuki...no llevaba mi uniforme…Si esto es un sueño, ¿en que momento me dormí?
Su mente intentando apaciguarse volvió a pensar que todo se trataba de un sueño por lo que pellizco sus mejillas creyendo que así podría despertar pero nada de eso paso.
Sus oídos le alertaron de alguien cerca del hall y cuando volteo a ver quién sería esta vez, solo alcanzo a distinguir el hábito negro.
-¿hermana Hamasaka? Quien iba a decir que me alegrara tanto de verla
Se apresuró por alcanzarla y vió que había subido las escaleras y se perdió por el pasillo del segundo piso. Omitiendo cualquier regla de la colina, se puso a correr a toda velocidad escalera arriba para darle alcance, llegó al pasillo y vio que aquella mujer doblaba por el pasillo hacia las habitaciones de Miatre.
-No sabía que la hermana Hamasaka pudiera caminar tan rápido!
Llegó allí, al pasillo donde estaba la habitación de Nagisa y se detuvo a ver a la hermana detenida al final del mismo pasillo, estaba de espaldas y de alguna manera le hacía sentir más tranquila.
-Hermana! Lamento molestarla a estas horas de la noche pero...quiero saber qué está pasando...
El tono de su voz sonaba tan inocente en aquel lúgubre lugar que casi no reconocía como la residencia. La mujer del otro extremo comenzó a girar hacia ella y en ese instante Shizuma supo que no se trataba de la hermana Hamasaka ni mucho menos de alguien que pudiera ayudarle. Sus ojos verdes se abrieron temerosos, al ver el negro hábito que reconoció como de muchos años antes y que había visto en viejas fotografías de la colina.
-No puede ser!
Dio un paso atrás con visible temor ante aquella mujer que ya la estaba mirando desde el extremo del pasillo, su rostro era inconfundible y cientos de veces había escuchado una descripción así. Ojos hundidos y rodeados de un siniestro color negro, la piel blanca agrietada resaltaba con potencia del color de aquel uniforme y sus manos...sus manos era lo que más destacaba por su destrucción, sus largos dedos estaban completamente zafados, quebrados, volteados y envueltos en una gruesa capa de sangre que parecía no dejar de salir.
La ex Etoile sentía que su propia sangre se congelaba en sus venas, las historias que siempre escuchó se estaban haciendo realidad frente a sus ojos y si es que era un sueño esto ya rayaba en una realidad absoluta que no podría controlar.
Pensó en salir corriendo pero en ese instante, la puerta que correspondía a la habitación de Nagisa se abrió lentamente y con ella la luz del interior iluminó el oscuro y tétrico pasillo regalandole algo de calidez a esa terrible situación. Los ojos de Shizuma no podrían creerlo pero casi en cámara lenta vio salir de allí a su pelirroja ya vistiendo su pijama, su corazón se alegró tanto que creyó sentir una lágrima asomarse.
-Nagisa!
Le habló alto y claro pero la pelirroja parecía no escucharla, lucía un poco preocupada y cabizbaja, cerró la puerta detrás de ella y Shizuma se percató que la monja al otro extremo del pasillo, avanzó hacia la pelirroja sin caminar, parecía que levitaba a tan solo unos centímetros del suelo.
-Nagisa!! Cuidado!!
La pelirroja no parecía darse cuenta de la situación y la monja parecía ir cada vez más rápido por lo que Shizuma no dudó y comenzó a correr hacia ella para intentar salvarla de aquella figura fantasmal. Ella abrió los brazos para cubrir a Nagisa e idealmente salir ambas corriendo de allí, pero en cosa de segundos notó que la más joven miraba al suelo sin notar su presencia ahí.
-¿Nagisa!?
La velocidad de todo pareció ralentizarse en ese instante y la monja ya estaba casi encima de ambas pero fue cuando notó que Nagisa siguió avanzando por el pasillo y que atravesó el cuerpo de Shizuma como si se tratara de un holograma, sus ojos no podían creerlo y de frente la hermana sangrienta se abalanzaba encima de ella sin darle tiempo a cubrirse.
Todo se envolvió en tinieblas.
-Ya se hizo muy tarde, ¿crees que volverá esta noche? -No lo sé, no ha llamado ni dado ningún aviso, así que creo que debe estar en camino -Entonces saltará de nuevo la reja -Si, es lo más probable, ya sabes como es -Me preocupa, ya habíamos quedado que esta noche de Halloween haríamos una pequeña fiesta pero sin ella, nada será lo mismo -Tranquila Nagisa, estoy segura que debe aparecer en cualquier momento, sólo espero que no se encuentre con la hermana Hamasaka sino arruinará todo el plan de esta noche - Sí, también lo creo -¿Querían disfrazarse? -Bueno...no podemos hacer mucho ruido así que creo sólo nos reuniremos a contar esas horribles historias… -Bien entonces espero que Shizuma no tarde en llegar para que no te den tanto miedo esta noche -Ojala regrese pronto -
En algún lugar de su mente escuchaba esas voces familiares y cuando pudo reaccionar y abrir sus ojos, se dio cuenta de que esta vez estaba dentro de su propia habitación, pero el ambiente no distaba mucho de hace un rato. Miró alrededor y vio el mismo panorama tétrico con algo de desilusión, pensó que al abrir los ojos todo volvería a la normalidad pero nada de eso pasó. Recordó haber escuchado a Nagisa y Miyuki hablando por lo que abrió rápidamente la puerta esperando encontrarse con ellas ya sea en el pasillo o en la habitación de su amiga pero cuando intento salir, notó que la puerta seguía cerrada con llave, movió y movió la manija intentando abrirla y hasta golpeó la puerta para que la escucharan allí.
-Nagisa! Miyuki! Estoy aqui, abran la puerta!
Un silencio abrumador se instauró del otro lado y de la presencia de su amiga y de su novia no había señales.
-Maldita sea!! Esto es peor que esas estúpidas historias que cuentan...si pudieran ver todo esto...
Shizuma ya se estaba hartando de esta situación dándose un par de vueltas por su desolada habitación, recorrió los muebles y cajones pensando que podría encontrar alguno de sus artículos personales pero no había absolutamente nada, fue hasta el baño que estaba en las mismas condiciones y completamente vacío. Al pasar junto al espejo alcanzo a distinguir algo a pesar de la oscuridad, dudó por unos segundos en acercarse allí, pero lo hizo. El vidrio estaba tan sucio que era difícil alcanzar a ver algo ahí por lo que su propia imagen podría verse muy distorsionada.
-Vamos Hanazono, no seas tonta...si miras ahí de seguro saldrá la hermana sangrienta, eso pasa en las películas ¿no?...da media vuelta y busca una salida...y la manera de volver a la normalidad, no puedes quedarte aquí! imposible!
Su mente daba vueltas intentando dilucidar algo cuando el cerrojo de su puerta se escuchó destrabarse, alguien o algo había quitado la llave y podría ahora salir por ahí.
-Nagisa y las demás están en la fiesta del té, si voy donde están ellas quizás pueda contactarme de alguna manera y salir de esto…no me va a derrotar ningún fantasma!
Dobló las mangas de su uniforme y se acomodo el cabello en una larga cola de caballo bien ajustada, estaba dispuesta a todo con tal de salir de ahí inclusive a enfrentar al ente que recorría la residencia. Se detuvo frente a su puerta, respiró profundo y la abrió de un jalón.
Afuera el pasillo seguía de la misma manera pero con la diferencia de que nuevamente las luces estaban encendidas pero ahora por toda la residencia, pero solo tenían la fuerza de unas velas y se movían de igual manera generando sombras en las desdibujadas paredes.
Shizuma había cambiado su actitud por completo, sabía que debía encontrar la salida a esta situación y no caería en miedos infantiles que pudieran atacarla en estos momentos. Respiro profundo, volvió a pellizcar sus mejillas para ver si despertaba pero todo seguía igual, ya tenía que avanzar.
Nagisa abrió la puerta de su habitación y vió que todas sus amigas estaban esperandolas con la mesa servida, pero al verla todas supieron que algo sucedía. Yaya que nuevamente se había disfrazado para este día, se puso de pie y caminó hacia la pelirroja que lucía muy preocupada.
-Nagisa chan, ¿que ocurre?
-Perdón, no quiero preocuparlas
-pero se nota que algo ha pasado
-es sólo que...Shizuma aún no ha regresado, salió esta mañana a la ciudad y ya debería estar aquí
-vaya, ya es tarde
-Si, pero no quiero arruinar el ambiente, vamos a tomar el té… ¿Yaya chan?
-Dime Nagisa chan
-¿de que es tu disfraz?, esta vez te ves un poco más normal…
-ah si! es la hija del matrimonio Adams, más conocida como Merlina o Wednesday
-ah claro! te queda muy bien Yaya chan
-Gracias
-Aún así asustaras a alguien por los pasillos -Dice Tsubomi cruzándose de brazos
-oh vamos Tsubomi, sé que te encanta verme así -Se sienta junto a ella sonriendo maliciosamente
-no sé de qué hablas
El grupo era animado y se llenaban de risas y frases alegres pero Nagisa sentía que las cosas no estaban bien e intentaba ocultarlo. Aquella noche, el grupo de chicas reunidas en la habitación era bastante numeroso y en esta ocasión algunas participantes de LeRim se encontraban allí, entre ellas Kagome.
La pelirroja se sentó junto a Tamao mientras Chiyo le servía una taza de té y Tsubomi le acercaba un plato con galletas horneadas durante la tarde, todas hablaban tranquilamente y bromeaban con anécdotas de sus días de clases mientras Kagome analizaba el rostro cabizbajo de Nagisa.
Shizuma corrió nuevamente hacia el segundo piso en dirección de la habitación de Nagisa, sabía que encontraría a todas allí, pero al llegar arriba sintió un escalofrío al doblar la esquina y ver nuevamente al fondo del pasillo a la hermana sangrienta de espaldas. La ex Etoile se detuvo y sintió su agitada respiración y su pulsación en el pecho, miró por lo que pudieron ser largos segundos y notó que la hermana se quedaba allí de espaldas a ella mirando la pared del fondo y alcanzó a distinguir un ruido como si estuviera murmurando algo. -Debo llegar al cuarto -Pensó.
Alcanzó a dar dos pasos discretamente cuando notó que la hermana ya la había escuchado.
-Maldición, no voltees!! -Pensó con agitación.
Por un segundo dudó en hacerlo pero de pronto escuchó la voz de Nagisa venir desde el interior de la habitación y eso fue suficiente para poder llenarse de valor.
-Correré tan fuerte que Tomori me querrá en su equipo!
Levantó la mirada sin miedo a la hermana que ya terminaba de voltearse sin dejar de verla con aquel espantoso rostro digno de una terrible pesadilla. Shizuma se acomodó el cabello y sin esperar más salió corriendo a toda velocidad rumbo a la puerta sin saber si podría abrirla pero la esperanza de poder encontrarse con su pelirroja del otro lado era su mayor motivación. La hermana sangrienta hizo lo mismo, se movió con gran velocidad por el pasillo en su dirección sin dejar de verla con sus ojos perdidos en la oscuridad. Shizuma la desafió con la mirada y no bajó la velocidad ni un solo instante, el choque podría ser inminente y no sabía que podía suceder esta vez.
-Vamos un poco más!!!! -La manilla de la puerta estaba a tan solo unos centímetros de su mano por lo que estiró su brazo lo más que pudo cuando en ese instante el rostro de la hermana se deformaba de manera terrorífica casi enfrente de la ex Etoile, a lo que ella solo atinó a gritar.
-NAGISA!!!!
Todas dentro de la habitación saltaron de miedo al ver que la puerta de la habitación se abrió de pronto de par en par dejando entrar una fría brisa desde el pasillo.
-ay dios mío! que susto! -exclamó Yaya
-Nagisa chan, parece que no cerraste bien la puerta
-Creí que la hermana Hamasaka ya nos había atrapado de nuevo!
-uufff menos mal que no! -Dijo Hikari
Todas intentaban calmarse y darle algo de humor a la situación recién vivida pero solo Kagome se puso de pie para ir a cerrar la puerta. En silencio tomó la manilla y se quedó paralizada en el lugar, nadie pareció darle importancia hasta que Chikaru notó que se tardaba más de lo normal allí de pie.
-Kagome chan ¿qué ocurre?
Su silencio fue tal que el grupo completo volteo a verla intentando saber qué pasaba, Chikaru se puso de pie ya que presintió algo, se acercó a ella a quien apenas le salió la voz.
-Nagisa...san…
-¿eh? ¿qué ocurre?
-Debes...ayudar a Shizuma sama…
-¿QUE!?
La pelirroja se puso de pie en automático y Chikaru comprendió que algo estaba ocurriendo. Kagome no dejaba de mirar hacia el oscuro pasillo con los ojos clavados en un punto. La fiesta del té tomó otro rumbo que nadie jamás presagió.
Pasaron largos minutos y una comitiva de ese grupo se encontraba ahora en la habitación de Miyuki, quien las recibió en pijama a mitad de la noche, el rostro de Nagisa era preocupante y Kagome lucía más misteriosa de lo normal. Chikaru las acompañó esperando poder ayudarlas en caso de que la Hermana Hamasaka las encontrara caminando a esas horas por la residencia.
-Miyuki, necesitamos de tu ayuda -Dice Nagisa con mucha preocupación
-entiendo tu preocupación Nagisa, lo que no entiendo muy bien es lo que me dice Kagome chan… ¿que es eso de que Shizuma está atrapada?
-perdón Miyuki sama, sé que todo esto suena muy extraño pero… -voltea hacia el pasillo- por alguna razón puedo sentirla allí
Chikaru y Miyuki miraron hacia el pasillo tratando de entender lo que la joven les explicaba, Nagisa no hacía más tomarse sus manos con angustia pensando en lo mal que podría estar pasándolo.
La presidenta de Miatre abrió la puerta de su cuarto y miró en todas direcciones del pasillo sin ver nada fuera de lo normal, regresó al interior y se cruzó de brazos. Todas la miraban esperando sus comentarios.
-No puedo pedirle a la hermana que abra la reja…
-¡QUE!? Pero Miyuki, es Shizuma quien está en problemas
-Lo sé, pero todo esto es muy extraño y no quisiera que se hiciera un escándalo ¿que tal que Shizuma está en casa de su abuela? Vamos a despertar a la hermana por nada
-Tiene razón Miyuki -Dice Chikaru con tranquilidad- no podemos alertar a las demás. Si Kagome esta en lo correcto, esto podría asustar a toda la residencia y crearía pánico
Nagisa mira la tranquilidad y frialdad con que las dos presidentas analizan la situación mientras Kagome sigue mirando hacia fuera como si pudiera ver algo invisible.
-Por favor, hay que hacer algo!
-Tranquila Nagisa -Respira profundo Miyuki - Creo que algo aprendí de Shizuma que podríamos aplicar ahora…
Antes de que Chikaru preguntara algo, todas ya se habían trasladado hacia la reja con mucha discreción, se pusieron sus pantalones deportivos al igual que el calzado, debían estar cómodas si querían hacer la hazaña de Shizuma.
-Vaya, no sabía que Shizuma saltara la reja por las noches, que osada! -Dice Chikaru con una sonrisa traviesa
Miyuki fue la primera en saltar, luego la siguió Nagisa que no pudo controlar la vuelta y cayó torpemente sobre el arbusto cercano. Chikaru y Kagome miraron enseguida hacia la residencia esperando que el ruido no haya despertado a la hermana.
-¿Estas bien Nagisa? -ayudándole a ponerse de pie
-Si, perdón
Chikaru y Kagome saltaron ágilmente y en ese instante Miyuki hace una señal con una linterna hacia el segundo piso, desde donde las observaba el resto del grupo. Igualmente le dieron una señal con otra linterna como respuesta, ellas estarian atentas a cualquier cosa que pudiera presentarse, sólo les faltaba unos walkie talkie para ser un equipo de rescate completo.
-Bien Kagome chan, ¿donde es?
La joven se quedó quieta por un instante, todas la miraban con cierta impaciencia y nerviosismo esperando sus instrucciones. El ambiente era extraño y ninguna de ellas había estado fuera de la residencia a esas horas por lo que miraron hacia el bosque dándose cuenta de que realmente lucía algo tenebroso, tanto así que fue imposible no sentir escalofríos. Miyuki recién en ese momento presintió que su amiga efectivamente podría estar en aprietos, miró a sus compañeras que lucían igual de preocupadas.
Kagome sólo movió las manos y se adelantó enseñando el camino, todas la siguieron obedientes y en silencio, Nagisa visiblemente angustiada.
De pronto una fría brisa cruzó toda la colina y las hizo estremecer muy fuerte que hasta soltaron un chillido del susto, en ese momento Miyuki vió que la linterna comenzaba a fallar.
-¿Tenemos pilas de repuesto? -Pregunto Chikaru
-No creo que sean las pilas… -Dijo Kagome
El escalofrío les recorrió la espalda de arriba abajo y Nagisa no pudo evitar aferrarse al brazo de Chikaru que la envolvió con su brazo intentando calmarla. Siguieron adentrándose en el bosque que cada vez parecía más y más oscuro hasta que la linterna dejo de funcionar de pronto y ahí notaron que aquella noche por alguna razón lucía más oscura que otras veces.
Shizuma abrió los ojos y sintió un fuerte dolor en todo su cuerpo haciéndola estremecer hasta caer de rodillas, creyó que el mundo le daba vueltas en la cabeza y que esta vez había sido derrotada completamente. Se quedó allí en el suelo rogando que todo dejara de dar vueltas y que su cuerpo se repusiera pronto.
Parecía que habían pasado largos minutos en esa misma posición hasta que de pronto todo se normalizo y todos los malestares parecían haberse esfumado. -¿Donde estoy? -Susurró apenas incorporándose y levantando la vista con lentitud.
Escuchó el sonido de un reloj colgado en la pared y apenas pudo enfocar miró alrededor reconociendo enseguida aquel lugar, todo estaba como ya lo había visto, abandonado, sucio, corrido y descolorido un pasaje al cual ya se estaba acostumbrando a ver. No sabía cuánto tiempo llevaba en este lugar pero ya estaba descubriendo su estructura.
Puso su mano sobre su rodilla para ponerse de pie sintiéndose muy cansada, se limpió el uniforme quitándose el polvo de encima y miró nuevamente a su alrededor.
-vaya…¿porque razón me trajiste hasta la oficina de la Hermana Hamasaka?
El sonido del reloj seguía su hipnotizante zumbido pero al mirarlo, notó que el segundero avanzaba y retrocedía quedándose estancado en una hora y minuto, eran las 21:33 y eso llamó su atención.
-A esa hora regresé a la colina…¿que significa?
Volteó y miró las paredes donde estaban colgadas cientos de fotografías de distintas épocas, las había visto muchas veces durante las incontables veces que estuvo en esa oficina con distintos motivos, pero esta vez, notó que los rostros de todas en esas imágenes estaban borrados con alguna tinta excepto por una y que databa de hace muchos años atrás, estaba en color sepia y bastante dañada a pesar de estar detrás de un vidrio protector, en ella aparecía un grupo de hermanas vistiendo el viejo hábito y sólo una tenía el rostro sin cubrir. Shizuma le clavó los ojos.
-Tu debes ser…
Era una joven con tierno rostro y mirada tranquila, cualquiera podría pensar que es una muchacha adorable con sólo verla. Estaba casi hipnotizada viendo la imagen hasta que un ruido proveniente del pasillo la hizo regresar en sí.
-No puede ser, viene para acá!
Miró toda la habitación nuevamente pensando en tomar algo para defenderse pero se dio cuenta de que los muebles de la oficina estaban llenos de documentos, eso le pareció extraño ya que todas las habitaciones siempre estuvieron vacías. Buscó entre los papeles pero todos estaban blancos sin contenido alguno.
-¿¿Que rayos es esto!? Para que tendrían estos documentos en blanco sin nada impor…..
Se detuvo de pronto al encontrar unos papeles que si tenían algo escrito, era un documento antiguo algo amarillento que fue escrito en alguna vieja máquina de escribir, algunas partes de la información estaban borrosas pero tal parecía ser como un acta de defunción y sepultura. Los ojos de la ex Etoile se abrieron con sorpresa al ver un nombre a medio borrar y al final de la página la firma de las hermanas superiores de aquel entonces.
-No puede ser...estabas tan grave y no te llevaron al hospital, ¡¿porque!?
La persona en el pasillo estaba ya frente a la puerta de la oficina y Shizuma vio que la manilla comenzaba a moverse, bajo de nuevo la mirada para seguir leyendo y entender toda la historia detrás de quien parecía ser la hermana sangrienta.
-¿ni siquiera avisaron a tu familia lo que había pasado? ¿es eso? Les avergonzaba la situación!
La puerta se abrió de par en par y el rostro terrorífico de la monja estaba allí nuevamente mirando a Shizuma quien la vió sin dejar de analizar todo lo ocurrido. La monja se abalanzó a toda velocidad sobre ella como ya lo había hecho antes con la deformidad horrorosa de aquel rostro hundido en la más profunda oscuridad, pero en ese instante la ex Etoile la miró sin miedo y la enfrentó.
-PERDÓNALES, KEIKO SAN!!!!
En ese instante que fueron una milésimas de segundos, la deformidad del rostro pareció difuminarse y todo pareció ir en cámara lenta, un tierno rostro apareció detrás y Shizuma alcanzó a verlo por apenas unos instantes.
Kagome apuntó hacia un oscuro lado del bosque donde parecía estar alguien de pie, Nagisa miró con dificultad pero reconoció esa ropa.
-Shizuma!!!! -Gritó Nagisa
-Nagisa! espera! -exclamó Miyuki
La pelirroja corrió hacia la oscuridad y fue perseguida por sus amigas, no le importó nada con tal de llegar cuanto antes donde ella y allí estaba.
Miyuki intentó arreglar la linterna con unos golpecitos y comenzó a funcionar, ninguna podía creer lo que veían.
-Shizuma!!! noo!
Nagisa se acercó hacia ella con algo de temor. La ex Etoile estaba de pie y parecía congelada, sus ojos estaban perdidos mirando hacia la residencia, Miyuki quedó paralizada creyendo lo peor, Chikaru de igual manera no supo qué hacer, sólo Kagome parecía comprender la situación mirándola con detenimiento.
-Nagisa san...no llores… -Dice Kagome
-¿eh?
Nagisa estaba frente a Shizuma si saber que hacer, ella estaba como una estatua y quizás llevaba mucho rato en esa posición, no tenía la mínima idea de como solucionar todo esto.
-Si ella está perdida, debes mostrarle el camino de regreso -Dice Kagome tomándole sutilmente la mano
Miyuki un poco shockeada miraba toda la escena aún sin comprender nada, Chikaru se acercó a ella poniéndole una mano en su hombro.
-tiene razón Kagome chan, eres la única que puede traerla de regreso
Nagisa miró a todas, juntó sus manos, cerró sus ojos y pidió en silencio.
Shizuma volvió a abrir los ojos y esta vez no tuvo ningún malestar físico, pero sintió que sus ojos se cegaron un poco al abrirlos ya que esta vez no había oscuridad alguna y eso la sorprendió. Al enfocar, notó de inmediato una profunda calidez en el ambiente, el día era soleado primaveral y al mirar a su alrededor reconoció enseguida el jardín, estaba fuera de la residencia y todo parecía colorido, hasta le sorprendió volver a escuchar el sonido de los pájaros en los árboles. Se puso de pie, miró sus manos y estaban algo sucias, llevaba un delantal y se dio cuenta de que había estado trabajando en las flores, junto a ella habían utensilios de jardinería y algunas flores a medio plantar.
Miró a todos lados y vio a varias hermanas trabajando igual que ella, algunas reían y hablaban con tranquilidad, regresó su mirada y de paso vio un reflejo en el vidrio de la residencia y se sobresaltó al darse cuenta de que era ella, pero su rostro era como el de la fotografía.
-Keiko...san…
Susurró y acarició sus mejillas con la yema de los dedos dejándose algo de tierra ahí, estaba tan embobada viendo su imagen en el reflejo hasta que de pronto escuchó una voz llamándola desde un escondido lugar. Miró hacia un lado y vió que entre los arbustos había una joven y linda muchacha haciéndole señas a escondidas.
-Keiko chan, ven no hay nadie
-¿eh?
-Apresúrate, tengo que decirte algo
Shizuma antes de responder y entender la situación, ya había cruzado el arbusto ya que la muchacha la jaló del brazo arrastrandola hasta ese lugar, allí vio la continuación del jardín donde no había nadie en las cercanías. Se refugiaron junto a la sombra de un árbol y allí se quedaron sentadas, la joven parecía muy angustiada a punto de llorar, la ex Etoile no sabía qué decirle pero la situación parecía ser muy complicada.
-Me iré de la colina…
-¿qué?
-Me llevaran y no quiero irme de aquí...no quiero separarme de tí…
Shizuma abrió los ojos y sintió que su corazón dolía en serio, unas lágrimas corrieron por sus mejillas y supo que no podría hacer nada al respecto.
-¿por...porque te vas?...
-Se han enterado…amenazaron a mi familia…
La muchacha lloraba amargamente cubriéndose el rostro con ambas manos y el pecho de Keiko dolía terriblemente, sus ojos se nublaron en lágrimas y no pudo decir nada más, el silencio las envolvió hasta que escucharon una voz desde el otro lado.
-Keiko san!! Necesito las semillas para el invernadero! Keiko san!
La muchacha se limpió el rostro con las mangas del uniforme y la miró con infinita ternura por un largo instante.
-No importa la distancia, jamás te olvidaré...Keiko chan…
La joven monja sintió que su corazón explotaría en ese instante y sin importarle si las encontraban o no, tomó las mejillas de la muchacha y le dió un intenso beso que sellaría aquel profundo amor prohibido por siempre, ella respondió de igual manera acariciándole el rostro y dejándose llevar por ese enorme sentimiento que podría calmar al alma más inquieta domándola por completo.
Shizuma sintió algo sumamente cálido envolverla y el frío se alejaba de ella velozmente, esos labios le daban aquella felicidad que conocía tan bien. Sus ojos que había sentido pesados ahora parecían volver a la vida lentamente y sus manos se movieron hacia el frente, tomando por la cintura a quien estaba justo allí. Nagisa.
Miyuki respiró profundo al igual que Chikaru viendo que Shizuma recobraba el conocimiento en brazos de la pelirroja en medio de aquel bosque. Las luces del camino comenzaron a encenderse y Kagome suspiró tranquila.
-Bien, creo que todo se ha solucionado… -Dice Kagome
-¿eh? ¿no nos vas a decir que paso? -Pregunta Miyuki
-Shizuma sama al parecer dió con el punto exacto en el bosque, pero creo que lo ha solucionado
-¿punto exacto? ¿de que?
Chikaru al ver que Shizuma estaba un poco mareada se acercó a ella para ayudarla y sostenerla junto a Nagisa, la llevarían entre las dos hacia la residencia, sólo quería dormir.
-Shizuma, ¿estas bien? -Preguntó Miyuki
-No lo sé Miyu chan...solo quiero descansar…-Dijo con voz cansada
Miyuki se quedó atrás mientras sus amigas sin perder tiempo caminaban hacia la residencia. Su curiosidad no la dejaba tranquila e iluminó con su linterna el lugar donde habían encontrado a Shizuma, sólo había pasto y un pequeño montículo junto a un árbol, desde ahí algo parecía asomarse desde la tierra.
-¿qué es eso?
Se agacho y comenzó a escarbar con una mano y se sorprendió al darse cuenta de que algo había sepultado allí.
-No puede ser cierto…
Los ojos de Miyuki se abrieron enormes al ver una vieja lápida allí y al mover un poco de tierra podía ver unas letras ya borrosas con el paso del tiempo.
-...Keiko…
La fría brisa volvió a cruzar la colina dándole un escalofrío por la espalda, vió que sus amigas ya estaban muy lejos de ahí así que se apresuró a cubrir nuevamente ese lugar.
-jamás imaginé que hubiera alguien sepultado aquí...jamás…
No alcanzó a terminar la frase cuando vio de reojo la sombra de alguien en el bosque y una gota de sudor frío corrió por su frente.
No estaba sola.
FIN